Un día laborable, estudiable, memorable. Así
podríamos definir a este viernes 24 de setiembre en particular, como para
empezar a escribir y a leer, ocasión en la que en homenaje a una de las más
grandes figuras de la literatura nacional y mundial, se ha resuelto colocar un
día “festivo” más en el ya ajetreado almanaque nacional.
Si Borges viviera hoy, tendría 112 años. Se homenajea el natalicio del escritor fallecido a los 86 años en 1986 en Ginebra,
Suiza, quien ha dejado una gran cantidad de obras literarias: cuentos, ensayos,
poemas y ha sido poseedor de una mente privilegiada que no surgió de la noche a
la mañana sino que fue la convergencia de las culturas que se concatenaron en
su ascendencia y su formación y educación primero en el hogar y luego en la
escuela, y no al revés.
Su trascendencia es tal que se siguen leyendo
sus libros como despertando polémicas su pensamiento, que dicen algunos le
impidió obtener el Premio Nobel de Literatura.
Esta fecha, es el Día del Lector, instituido
por Ley nacional 26.754 sancionada en junio de este año a instancias del
senador por CABA, Samuel Cabanchik
Y es la primera vez que será celebrada. La
ocasión es propicia para incentivar y fomentar el hábito de la lectura, en una
época donde la educación argentina se encuentra en franco deterioro, el
abandono de la escuela se ha elevado a casi la mitad de la matrícula, el
lenguaje verbal entre los jóvenes se reduce a monosílabos y construcciones
breves de muy poca o nada elaboración matizada con términos cumbieros y tumberos, es una oportunidad para llevar
adelante actividades enmarcadas en los fundamentos de la citada ley:
Las Bibliotecas en general, llevarán a cabo
concursos literarios, maratones de lectura, obsequio de libros, exposiciones, conferencias,
que serán un gran homenaje para un gran lector: Jorge Luis Borges. Un homenaje para todos
los que gustan leer.
Porque para escribir bien, hay que leer primero, para
saber expresarse, es necesario leer.
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